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miércoles, 6 de junio de 2012

Un hongo australiano y un helecho americano amenazan la dehesa


Las especies invasoras y la sobreexplotación ganadera se han convertido en la última década en los principales problemas para el bosque de dehesa español, amenazado por hongos procedentes de Australia y por helechos llegados de América.

Carlos Sánchez, presidente de la Fundación Naturaleza y Hombre, que dirige en la provincia de Salamanca un proyecto piloto europeo sobre biodiversidad en la dehesa, explica en una entrevista que "el problema más acuciante es el conocido como La Seca, donde un hongo está arrasando miles de hectáreas de encinas, alcornoques y robles".

Se trata del hongo "Phytophthora", que ha llegado a la península Ibérica procedente de Australia y que "hasta el momento, ha afectado a numerosas dehesas de Andalucía y Extremadura".

Hay una estimación de 300.000 hectáreas afectadas.

El hongo actúa de dos maneras: o mata al árbol lentamente, durante un año o dos años, o le provoca la muerte súbita en quince días.

El hongo dificulta la absorción de agua del árbol y, por tanto, acaba muriendo.

Andalucía y Extremadura

"El problema está más concentrado en Andalucía y Extremadura, aunque también hay focos en algunas dehesas salmantinas, como El Valle de La Azaba", ha explicado Sánchez.

Otra de las especies invasoras que se han contemplado a través de este proyecto, que se desarrolla desde 2009 en un bosque de dehesa de Espeja (Salamanca), es el helecho "Azolla Caroliniana".

Esta planta, que procede de EE.UU., se ha colado en las charcas o estanques y llega a tapar toda la superficie por completo, motivo por el que no deja pasar la luz para el resto de las plantas.

Cambio climático

Para Carlos Sánchez, el estrés hídrico que sufren las dehesas debido al cambio climático también se ha dejado notar en los últimos años, al igual que la sobreexplotación en la alimentación de cerdos ibéricos.

Aconseja, por tanto, reducir la carga ganadero de cebo de cerdo ibéricos de bellota, ya que, a diferencia del vacuno y del ovino, el excremento del cerdo contamina mucho los suelos.

Carlos Sánchez destaca que, para que una dehesa goce de buena salud, debe tener una serie de indicadores que marquen su biodiversidad.

Es el caso del águila culebrera, cuya presencia en la dehesa "indica que hay riqueza de comunidad de reptiles y, por tanto, que el suelo está en condiciones óptimas, sin sufrir daños".

Los indicadores de biodiversidad también se encuentran en las charcas.

La presencia de plantas acuáticas o de anfibios como la rana de san antonio, el tritón ibérico o el gallipato son también, según Sánchez, algunos indicadores de que el ecosistema de dehesa está bien conservado.

En la dehesa puede haber una media de doscientos hongos diferentes que, en función de su mayor o menor presencia, también son indicadores de si existe o no una sobrexplotación ganadera.

Según la Fundación Naturaleza y Hombre, hay dos hongos amenazados en las dehesas españolas: El Hericium Erinaceum (un hongo parásito del roble) y la Torrendia Pulchella (un hongo asociado al pasto y a las encinas).

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